Ya olvide el romani, también muchas de las costumbres y el orgullo de ser un rom, supuse q me volví un gadje completo, pensé q se pondría algo brava. La vieja tía me miro con interés, miro mi ropa, mi pelo, hizo una mueca al ver el celular pero sonrió ante mi collar, las manillas y mi mirada, primero me hablo en romaní, entendí el saludo y otras cosas, salido desde el fondo de mi cabeza el viejo lenguaje, las viejas palabras salieron de mi boca de forma muy vacilante, se me había olvidado mucho, pero no todo, entre mas hablaba mas me acordaba.
Satispen tali tia…lachis tasatas, questa ostre mistro?(salud tía, buenas tardes, como estas?,-- jaja pensaron q era algo mas extraño?) -dije, asombrado de poder hablarlo, con dificultad, pero podía, sonrió profundamente.
Misto… baribustris garapati (bien gracias…).respondio con voz cansada, y comenzamos a hablar, por supuesto no fue en romani, bastante sabia ella del español y de mi condición de gadje como para saber q mis palabras eran pocas, así q hablamos en una mezcla de español y romani, me recordó muchas cosas , me pregunto sobre mi familia, no me acuerdo bien de todo lo q hablamos y pero me recordó muchas cosas, cosas q vi q tenia olvidadas porque eran difíciles de recordar, aun me dolía y por eso me dedique a olvidar las cosas mi pasado, mi nombre y mis costumbres, para adaptarme a un mundo mas normal para ud, para mi, mas horrible, así q decidí olvidar que algún día fui gitano.
Pero en el fondo aun lo sigo siendo, pero tenia yo, q volver a mi pasado mas antiguo al modo q crecí entre las ruedas de carromatos, entre una vida de libertad y botones, en la época en q David no existía, y yo era sagard de nombre y convicción, hijo de la dabrarni (bruja, o chaman mujer) de la kumpañia y por consiguiente era mi deber ser el dabrarno en cuanto creciera.
Si cambiaron mis raíces, a mi abuela la exiliaron de la kumpañia por casarse con un gadje, y no se preocuparon por sus hijos, pero cuando volvió, la recibieron por su condición y por tenerme a mí en sus brazos, y para criarme entre las leyes gitanas, el baile, la alegría, la paz y por encima de todo la libertad.
Tenia yo 10 años, ya conocía a mi mama y me sorprendió q tuviera el pelo amarillo y los ojos verdes, yo era de piel mucho mas morena y mis ojos amarillos, pensé q su pelo se había vuelto mis ojos y lo verde de ellas habían pasado a mi hermano, pero aun no quería vivir con ella, mi mama era mi abuela, y era orgulloso de ser un rom(gitano), me gustaba salir hasta la noche, hacer lo q quisiera, comer cuando quería, esa vida de gadje llena de lujos q mi mama me ofrecía, una escuela, y vivir entre 4 paredes me asfixiaba mas de lo q ella se imaginaba, yo aprendía con mi abuela y con el rom bare q a pesar de su fiereza nos enseñaba a todos los niños de la kumpañia.
Aun no quería ir me del lado de mi abuela, quería seguir conociendo y aprendiendo de ella, esa noche, me aviso de algo muy importante, pensé q se refería a la navidad, ya q estábamos cerca, se q habrían bailes y cantos durante horas, las mujeres cocinarían los hombres traerían la comida, mi abuela se dedicaría a trabajar toda la tarde, pero en la noche, se armaría la fiesta, y se q la pasaría muy bien, el rom bare nos advirtió de no molestar a las otras kumpañias, con ayuda de la tía pude recordar todos los nombres de las demás kumpañias, los Bolochoc , los Jánes, los Langoseti y los Bimbai y los kalderash q eran muy conocidos entre nosotros, teniasmos prohibido pasar por su territorio, pero los niños siempre hacíamos lo posible para encontrarnos, generalmente nos dejábamos patrins (forma de localización, era con palitos y piedras, hojas y así…) y nos terminábamos encontrando para medir fuerzas, eternas peleas, guerras entre los niños de las kumpañias y yo como siempre era el mas rápido, pero también el mas chico de todos.
Esa noche mi abuela me cepillaba el pelo, orgullosa de la trenza q tenia, a mi me molestaba ya q parecía una niña, pero igual ya estaba acostumbrado a ella, mientras me hablaba (me decía a cada rato jili (q significa tonto), me conto algo muy especial de la próxima noche.
-Esta noche es muy diferente, entre las kumpañias hay una familia muy especial, son solo mujeres, y ninguna a sito tocada por un hombre, de ellas se cuentan muchas historias y es deber q cada kumpañia les de un regalo, y tu, les llevaras el mio personalmente, a quien te parezca la mas hermosa de todas- me miro con una mirada extraña y esa sonrisa calculadora q siempre había tenido.
-y abuela, q les llevare?- no me preocupaba demasiado el hecho de llevarle algo a una persona total, no era tan grave.
- míralas muy atentamente, ya q son parte de nuestra historia, son las hijas de chimutre( la luna) y es tu deber llevarles esto- me mostro 5 rosas, de plata, cuatro rojas y una negra- la negra es para la q te guste mas, saco el álbum de fotos (solo tengo pocas de esas fotos, mas q todo del matrimonio de ella y mi abuelo y unas pocas de mi infancia) y me mostro una foto muy bonita de 8 mujeres, 4 de ellas con el pelo al viento mi abuela las hermanas de ella y una anciana q supuse era la tía de todas- son exactas a ellas.
Sabia q esas rosas las había hecho el rom bare q era muy bueno para esas cosas, para los collares y los anillos, desde esa noche me prepare para el siguiente día, estaba algo emocionado.
Al día siguiente, todos se estaban preparando para comenzar la fiesta, comenzó la música desde temprano, me prepare, mi abuela me puso la ropa, me arreglo, me acuerdo vagamente q ese día nadie se podía vestir de rojo, y yo estaba vestido de azul, tenia los aretes q me había regalado ese día, estaba muy orgulloso, siempre he sido muy vanidoso y ese día no fue la excepción.
Ya atardecía y las familias se reunieron alrededor de una hoguera inmensa, yo me mantenía con mi abuela, nunca había visto tantos de nosotros, pero se reconocia de lejos a los roms bare, y las tias todos en un circulo hablando, eran imponentes, los hombres, fuertes, y a mi siempre me pegaban por ser el mas chico de todos prefiera no irme con los otros niños, hasta q no hubiera comido primero, así tendría mas fuerza para resistir.
A lo lejos, algo lejanas de todos, pude ver cinco mujeres, mi abuela también las miro y me dio un empujón para q fuera a entregar las rosas, vi a otros niños también con regalos, q dejaban ante ellas, me quede mirándolas, estaba muy sorprendido, eran idénticas a las de la foto.
Vi a los demás niños, había tan solo una niña mas, q luego seria muy amiga mía, pero eso paso muchos años después, todos éramos los hijos de la dabrarni o del dabrano de las diferentes kumpañias, todos los niños sonreirán antes las mujeres, había 4 muy jóvenes muy parecidas entre si, faldas largas pelo liso negro, sedoso, los ojos profundos de color miel, otros de verde, y una vieja pensé q tenia mas de 100 años, me miraba con interés, a mi a la niña.
Cuando me acerque los demás, alguien dijo y le entendí perfectamente por el tono de desprecio, q era yo un medio gadje, q mi mama no había seguido las costumbres y como mi abuela se había casado con un extranjero, lo mire con odio.
Mire mucho a todas, pero una, me miro a los ojos y me atravesó con su mirada, cautivado, jamás olvidare esa sensación, sentí vértigo, como si estuviera volando, sus ojos de un profundo amarillo, con pizcas de de verde, a ella le di la rosa negra, y me sonrió, me sonroje de inmediato, cogió mi cara y ante el asombro de todos me beso.
Las hermanas se rieron, pero los demás niños me miraban con envidia, así q me fui directo donde mi abuela, q se reía, sonrió a las mujeres, y me dijo algo extrañada- prepárate.
Siguieron los cantos y la comida, seguíamos todos bailando y yo feliz por el beso q me habían dado, cuando el mas viejo de todos anuncio q era momento del baile.
Quelarali deblas chimutre, las bailarinas de la diosa luna.
Las cuatro mujeres se acercaron al fuego, cantaron muy suavemente, tenían faldas cortas y velos, la q me gustaba esta directamente al frente mío, al son q comenzaron a bailar, los instrumentos tocaban, ellas llevaban el ritmo, con cada paso los músicos tocaban mas rápido o mas lento, la gitana bailaba cada vez mas rápido, solo me podía fijar en ella, en su pelo entre negro y azul, q brillaba al luz de la hoguera, su ojos maquillados con un penetrante azul, llevaba un velo q movía con sus manos q cambiaba de azul a rojo y un collar de los mas extraño, mientras bailaba, me movía con ella, en un deseo casi irrefrenable de acercármele y bailar con ella, sus pies levantaban la tierra a cada paso, sus movimientos casi gatunos me dejaban sin aliento, mire a mi alrededor para ver si alguien se había dado cuenta de mi reacción, todos estaban hipnotizados por ella.
Mi miro a los ojos mientras bailaba, sentía la magia flotar a su alrededor, mientras bailaba su mirada solo se mantenía en mi, mientras bailaba sentía algo por dentro, un desenfreno q jamás había entendido hasta q lo supe a mis 15, vi en sus ojos el paso de muchas lunas, una experiencia q ni en lo ojos de mi abuela había visto.
Pasaron para mí muchas horas, absorto en el baile frentico de la gitana, cuando comenzó a bailar mas y mas rápido, todos los presentes contuvieron la respiración, lo pude notar, yo también estaba así.
Cada vez mas rápido, comenzó a girar sobre su mismo eje moviendo con locura el velo q tenia, tan rápido, q pensé q había a morir, tan rápido………lanzo un grito muy fuerte, en ese punto todos llegamos al limite y cayo ella al sueño, extasiada satisfecha, y sonriente.
Se levanto de ahí y camino directo hacia mi, mi abuela se acerco a mi espalda y sentí su protectora aura cerca, me miro a los ojos, ce acerco a mi cara y solo me dijo:- no estas listo aun - sonrió de una manera extraña, hablo con mi abuela en un idioma q no entendí, y se fue.
Mi abuela murmuro: - ruspi andruque pira, jili (adivina a donde se va, tonto)
Solo pude verla partir…
Al llegar a la carpa cogí mis lápices y colores y la pinte tal y como la recuerdo, tres meses después mi mama me recogió, y me volví un gadje, y olvide todo esto.
Recordé todo esto gracias a la tía andori, me recordó cada frase y cada momento, ella vivía cerca nosotros, y me acordó del resto, así como de las palabras, cuando llegue la pinte, pero no firme el dibujo sino 5 años después cuando encontré el dibujo, y lo firme en un lado, y lo regale sin acordarme de tan hermosos momentos., todo había sido olvidado.
Este es el dibujo hecho a mis 10 años, una noche en la cual me quede lívido, al recordar q en la foto q me dio mi abuela, la gitana a la cual le di la rosa negra, no había cambiado en mas de 50 años.
esta es y no ha cambiado, tal y como me decia mi abuela, hasta mis 10 segui el camino de la luna, y luego otros diez el sol, y ahora volvere a la luna otra vez, mi pregunta es, volvere a ver a esta gitana?
cerca a marzo es la reunion.
Disde llescotria