viernes, 30 de mayo de 2008

kedisare kotar atcharia (herderos de la costumbre)

llegue a la oficina de mi mama, luego de hacer unas vueltas de mi mama, y algunas mias, mientras mi madre atiende a algunas clientas, entro en el taller, y hablo con una de las costureras, q me pregunta por trivialidades, y curiosamente me pregunta por mis tias, hablo de ellas en especial de maria, quien me crio en mi niñez, y me dice con una mirada q no me gusto: ahh ella debio ser su segunda madre...
respondo en el acto- no, mi segunda madre fue mi abuela... -
- porque?-
me callo unos instantes, y respondo intentando q no se me salga la respuesta caustica q quiero realmente decir:- por muchas cosas, en si, me queria muchisimo, mas q a todos sus nietos.
me mira con lastima, cosa q odio, y me dice trsitemente:- entonces su muerte le debio doler muchisimo, pobrecito.
la respuesta me deja frio, me paro y voy a la parte donde cortan los vestidos, y sacan los moldes, respondo casi para mi mismo: - aun duele.

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tiempo ha pasado desde aquello, y bueno, hoy hablando con lilie me acordo de tal hecho, del rosario, y de como aprendi a rezar hace mucho tiempo, curiosamente no le conte nada a lilie porque aun no podia organizar bien mis pensamientos, y bueno es porque al mismo tiempo q aprendi a rezar aprendi a bailar.

tiempo atras, veia las diferentes ferias, y en ellas siempre se bailaba, era para mi un orgullo al ver q mi kumpañia tenia los mejroes bailarines de todos, para mi obviamente, pero siempre se vieron en las fiestas marcadas por el orgullo, el honor y la pasion de cada miembro de la kumpañia.

no sabia bailar, a las niñas desde pequeñas se les enseña a bailar, una mezcla de flamenco con danza arabe, asi es la unica forma q podria describirlo, siempre los veia bailar, siempre a ellas siempre pendiente de sus movientos, del caer y subir de sus faldas, de las monedas en sus caderas, de la fuerza de sus piernas, siempre del ondulante movimiento de sus manos, de sus pies, siempre quedaba asombrado con esos movimientos tan perfectos, hipnotizantes.

hasta ese momento me habia medio obligado a no mirar a los hombres bailar, se me hacia q eso de bailar no era cosa de hombres, pero mi abuela se sento ese dia, y me puso a su lado y me dijo:
- Shun akan so vakherava (Escuchame bien ahora que hablo)