domingo, 7 de abril de 2013

monocromático

Así, como las notas del violín, se desgarra mi alma en la profunda oscuridad de la espera, como un recuerdo roto, como la última vez que aspire tu perfume, como la nostalgia de tu peso sobre mi cuerpo, la infinita tristeza que me embarga cuando estoy en el bus recordando tus palabras.

A veces, en la noche, me escabullo entre las rejas de la realidad, y furtivamente entro en la habitación de tu mente, y con ansia acaricio tu deseo, y beso tu pasión y juego con aquellos sentimientos y fantasías que no te atreves a contar a nadie, lentamente, simplemente, desordenadamente, acaricio cada pensamiento tuyo y adentro, poco a poco a ese lugar atemorizante en el cual me amas, y a la vez me odias.

Es así como juega el amor, entre líneas de tristezas y alegrías, pasando el día pensándote y perdiéndome en ti e las noches, esperando, como un adicto a ti, por esa pizca de cariño que me das en pocas palabras, quizás rogando, quizás sufriendo, quizás incluso arrebatando, de ti tantos sentimientos, tan profundos, tan privados, tan prohibidos, que yacen en tu ser, en tu interior, ahí junto al orgasmo.
Es quizás la única forma que conozco para amar, aquella donde todo mi ser explota en un único segundo, donde dejo salir mi maldad mientras te muerdo, y mi ternura cuando lentamente paso mi lengua por tus labios, quizás es esa mezcla de amor y furia, la que me hace ser como soy,  amante y el amor de tu vida, tu primera y única expresión, el amor inocente, el amor  doloroso, la primera herida y primera curación, el ir y volver, como las nubes y el viento.

Y así, entre los sonidos claros del viento me escuchas, en las notas tristes y melancólicas de los violines, en las palabras secretas que pronuncio día  a día, en las noches frías, cuando la luna está en su cenit y tu me esperas, impaciente entre las sabanas.

Quizás esta es tan solo una ligera probada de nuestra relación, los claroscuros de mi forma de amar, el deseo irrefrenable del sexo y la pasión, el amor desmedido cuando te abrazo, la sincera emoción de mis palabras, el infinito espacio dentro de mi corazón.

Así que es muy simple, por un momento entiende mi amor, el deseo eterno de estar contigo y también el de ser yo, y ahora se vuelve algo más complejo, mi deseo de poseerte por completo, ser quien manda, siempre yo, ese egocentrismo absoluto que me marca, pero también, el deseo de darte alas y dejarte vivir libremente, a tus anchas, quiero que crezcas en tu corazón, pero no quiero que te vayas de mi lado, nunca, creme, así soy yo, mi forma de amar no es tan convencional, algo inexplicable, mezcla de amor y odio, entre claroscuros diría yo.

Quizás aún no comprendes, que entre mi nuevo yo se esconde, algo más oscuro que nació  del primer beso que me diste, con eso de vivir tanto los dos, mi amor es más profundo, y mucho más grande y complejo hasta el día de hoy.

Perdido por siempre entre tus brazos, entre el vaivén del amor, comprende de una vez, que te amo, y siempre en la oscuridad estaré yo.