sábado, 12 de noviembre de 2011

el mago, el pajarito y la rosa ( parte 1)

cierta vez, un mago estaba sentado en la mitad de un bosque, cerca aun gran lago, y pintaba tranquilamente lo que veían sus jóvenes ojos, de lo alto de un árbol, una hermosa ave lo observaba en silencio, el mago aunque concentrado en su dibujo, sintió la hermosa presencia del ave y levanto su mirada.

frente a el estaba la mas hermosa ave que el hubiera contemplado, sus plumas rojas eran como el fuego, unos ojos limpios y hermosos, cálidos, el mago embelesado, sonrió, levantando su dibujo le pregunto- ¿te gusta pajarito? - y este respondió- si, fue por eso que me acerque tanto a ti.

el mago reconoció la voz del ave- oh, que hermosa sorpresa, mucho tiempo atras, en las búsquedas que conllevan al poder, tuve que buscar una hermos ave como tu, y aprender su idioma, durante un tiempo te escuche, cantar a lo lejos, desde el alfeizar de mi ventana, escuche el eco de tu dulce voz, haciendo eco en mi memoria.

ella se quedo pensando un momento y recordó- oh, ¿eras tu quien me veia desde la lejania? era a ti quien cantaba en las noches de luna, cuando buscaba lo que siempre ando buscando, pero me conmovió tu atencion y cante para ti una semana entera, que hermosa coincidencia, que bonita conexión.

y el mago a partir de ese día, venia día a día a sentarse al lado del pajarito, un día la veía sola, cantando entre las ramas de los arboles, y tocaba para ella con su violín, otras veces la veía jugar con otros pájaros, trazando círculos en el cielo, y el mago se sentía algo solo, pero comprendía que el pajarito como criatura del viento necesitaba volar y conocer el mundo así que en su soledad componía música para el pajarito y practicaba sus artes en el bosque, a veces, venia hacia el y entre risa y juegos, se acercaban uno al otro.

una noche el mago convoco al pajarito- ven ven, pajarito, que tengo un regalo para ti

- dime joven mago, dime, aquí estoy , como siempre he estado.

- muy simple pajarito, tengo un regalo para ti y oh si es hermoso, hace poco descubrí como, del infinito tomar algo, y esconderlo en mis manos, darle forma y darlo, pero no hay nadie que reciba tan hermoso regalo, oh pajarito puedo pensar solo en ti para darte tan hermoso regalo.

-oh, pero dime que parte del infinito puedes tomar, dime que estoy intrigada..

- del todo puedo tomar una estrella, o por lo menos su luz y capturarla bajo una forma para que perdure por los años, y mira que he alimentado con luz de estrella las lamparas de mi casa, y así, es que alimento mi báculo para que me ilumine en las oscuras noches, es así pajarito que encuentro el rastro de los animales nocturnos y puedo refugiarme en la luz cuando las sombras me acechan.

- oh hermoso mago, pero tus lamparas son muy grandes para mi, no podre cargar con algo tan grande en mis alas-

- oh, no te preocupes, algo haremos , mas bien siente mi poder y mi fuerza, y concéntrate junto a mi, ...- y el mago se concentro, fuertemente y uniendo su mente a la del pajarito, recurrió a sus arcanas artes, y del cielo tomo la luz de una estrella y encerrándola en una esfera de cristal muy pequeña, dio forma a su naciente amor por el pajarito, su corazón y su alma, negras de soledad y de tristeza se iluminaron con la luz de la estrella y de ahí nació una joya negra como la noche, con una luz hermosa y frágil en su interior.

- mira pajarito, ha quedado lista, es en si, la materialización de mi espíritu y una estrella, pero mira pajarito, que no soy tan inocente como crees, es un regalo maravilloso pero es mucho mas de lo que prometí darte, ya que es tanto y tiene un fragmento de mi alma, pajarito, dame un beso y por un beso te daré esto que soy yo.

el pajarito lo pensó durante un segundo, se acerco al mago y desplegó sus alas alrededor del rostro del mago, acerco su frío pico a los labios del mago y dándole un tierno beso, el beso de las criaturas de los bosques, derramo un poco del néctar de las aves en su boca y así el mago sintió que su corazón era libre y pudo sentir lo que era volar.

el mago dándole la joya, sonrió y se alejo en la oscuridad del bosque, prometiendole que danzarían en el equinoccio que se avecinaba, y con un ligero beso, desapareció entre las sombras de los arboles...